Un hombre fue condenado a 21 años de prisión por el abuso sexual de sus hijos, siendo la pena más alta que la justicia santiagueña dio a este tipo de delitos. Hasta ahora, estos hechos aberrantes no habían recibido una sentencia tan alta. Detrás de cada número, hay una historia de vida que incluye la perversión, la depravación, el ultraje a la inocencia.